
Liderazgo dinámico. La diferencia entre sobrevivir y crecer.
por Francesco Nistri
La resiliencia se trata de superar lo inesperado. La sustentabilidad se trata de la supervivencia. El objetivo de la resiliencia es prosperar.
–Jamais Cascio–
Si nos está leyendo en el momento en que publicamos este artículo, sabe que la incertidumbre probablemente será nuestra compañera en los próximos años. Si esta leyendo este artículo en el futuro, bienvenido a una pequeña ventana en la historia.
Creo que todos podemos concordar con que nuestra percepción del tiempo “se ha acelerado”, en un abrir y cerrar de ojos pasan los días, las semanas, los meses; y así casi sin darnos cuenta llegamos a la segunda mitad del año 2025. Enfrentándonos, casi a diario a noticias que no parecieran muy alentadoras. Sin embargo, aquí estamos y no tenemos otra opción que seguir adelante; pero lo que si tenemos es la posibilidad de elegir como vamos a seguir avanzando.
Esto tiene especial importancia para las organizaciones, que son las que están enfrentando los cambios tecnológicos, y buscando adaptarse a los mismos. Pero, lamentable o dichosamente, no solo basta con crear plataformas, aplicaciones, implementar modelos, y usar las últimas herramientas tecnológicas, pues todo eso tendrá (por el momento) que ser utilizado por las personas que al día de hoy siguen siendo el mayor activo de las organizaciones.
Entonces es necesario incluir en la ecuación de la tecnología al capital humano, en especial a las personas que ocupan los puestos de liderazgo. Para que las organizaciones no solo sobrevivan, sino que prosperen en el dinámico escenario en el que nos encontramos, se requiere una evolución significativa en el estilo de liderazgo. Es un hecho comprobado, los modelos jerárquicos, de comando y control se esfuman para dar paso a un enfoque más adaptativo, humano y con una profunda comprensión tecnológica.
La persona líder del futuro cercano deberá ser una catalizadora del cambio, una arquitecta de la colaboración y una estratega que equilibre la eficiencia de la inteligencia artificial con la indispensable inteligencia emocional. Es por esto que se hace indispensable hacer un cambio en los modelos de liderazgo que ya no serán aplicables a esta nueva realidad. Toda organización, empresa, o libre profesional que busque crecer en esta época deberá invertir en cultivar un liderazgo que integre características y estilos que le permitan adaptarse en tiempos muy cortos. Es por esto que implementar un solo estilo de liderazgo, va en detrimento del crecimiento y la verdadera adaptación. En este artículo vamos a enfocarnos en dos estilos que se complementan y dan resultados muy efectivos dentro de las organizaciones.
Empecemos por liderazgo adaptativo, este tipo de liderazgo tiene un enfoque que se centra en la capacidad de la persona líder para responder a cambios y desafíos en su entorno. Es una persona con capacidad de hacer un diagnóstico del contexto con la finalidad de comprender el entorno y las dinámicas del equipo o equipos que están liderando. Además, tiene la capacidad de mover los recursos, de manera rápida, para fomentar la colaboración y el compromiso del equipo. Y, por supuesto, fomenta la adaptación para promover la innovación y la flexibilidad ante situaciones cambiantes. No hay tiempo para largas juntas (tertulias) sobre lo que se debería hacer, las organizaciones necesitan lideres que puedan pivotear rápido pues los cambios estratégicos son los que marcaran la diferencia entre sobrevivir y crecer.
Ahora veamos el liderazgo transformacional, este es un estilo de liderazgo busca inspirar y motivar a los miembros del equipo a alcanzar un cambio significativo y positivo, tanto a nivel individual como organizacional. Se caracteriza por tener una visión inspiradora, que utiliza la comunicación para genera motivación emocional; busca el desarrollo personal de los miembros del equipo, promueve un entorno donde se valoran las nuevas ideas y la creatividad; pero sobre todo busca establecer vínculos basados en la confianza y el respeto. Un líder transformacional no solo busca resultados, sino que también se preocupa por el bienestar y el desarrollo de su equipo, creando un ambiente donde todos pueden crecer y contribuir al éxito colectivo.
Ahora bien, si han leído algunos de los artículos que tenemos publicados en nuestro blog, sabrán que la filosofía estoica es un referente constante en nuestros programas de coaching. Y el liderazgo adaptativo y transformacional no será la excepción, pues estos estilos de liderazgo encuentran un eficaz aliado filosófico en el estoicismo, ya que ambos se centran en navegar la incertidumbre con claridad y propósito.
Una persona con liderazgo adaptativo, que se enfrenta a desafíos complejos sin soluciones predefinidas, debe aplicar un principio estoico fundamental: la dicotomía del control. Al distinguir claramente entre lo que puede controlar (sus propias respuestas, juicios y acciones) y lo que no (los cambios del mercado, las crisis externas, las reacciones de otros), el líder evita la parálisis y la frustración. Esta mentalidad estoica le permite mantener la serenidad y la racionalidad en medio del caos, observando la situación objetivamente para luego movilizar a su equipo a través del incómodo pero necesario proceso de aprendizaje y cambio. De esta forma el líder no pretende controlar la tormenta externa, sino que domina su “fortaleza interior”, utilizando la ecuanimidad para guiar a la organización de manera efectiva a través de ella.
En tanto que, el liderazgo transformacional se enfoca en inspirar y elevar a los equipos hacia una visión compartida, por eso encuentra en el estoicismo el cimiento ético y la resiliencia personal que lo hacen auténtico y sostenible. Un líder transformacional no solo articula una visión inspiradora, sino que debe encarnarla. El estoicismo, con su énfasis en la virtud, la autodisciplina y el deber, provee al líder de una brújula moral interna que alinea sus acciones con sus palabras. Su carisma no nace de la simple retórica, sino de la coherencia y la fortaleza que demuestra al enfrentar la adversidad con serenidad. Al practicar la dicotomía del control, el líder transformacional no se desgasta por los contratiempos inevitables en cualquier gran cambio, sino que mantiene un enfoque inquebrantable en su propósito, convirtiéndose en un ancla de estabilidad y un ejemplo viviente de la perseverancia que exige de su equipo. Es esta fortaleza interior, forjada en los principios estoicos, la que convierte una visión ambiciosa en una posibilidad creíble y magnética para los demás.
¿Cómo ser un líder dinámico?
Fusionar el liderazgo adaptativo y transformacional es esencial para lograr el éxito en un entorno cambiante. Estos tres consejos le pueden servir para empezar.
- Cultive una Mentalidad de Aprendizaje Continuo y Fomente la Curiosidad en su Equipo: Un líder dinámico nunca deja de aprender y está siempre buscando nuevas formas de mejorar. Esto implica no solo mantenerse al día con las últimas tendencias y herramientas, sino también cuestionar constantemente el statu quo y estar abierto a nuevas ideas. A la vez que inspira a su equipo a hacer lo mismo. Al fomentar una cultura de curiosidad y aprendizaje, su equipo estará mejor preparado para adaptarse a los cambios y, al mismo tiempo, buscará activamente formas de transformar y mejorar los procesos existentes.
- Practique la Comunicación Bidireccional y la Transparencia Radical: En un mundo en constante cambio, la información es poder, y compartirla abierta y honestamente es fundamental. Un líder adaptativo debe ser capaz de escuchar activamente a su equipo, entender sus preocupaciones y perspectivas, y ajustar su enfoque en función de esa retroalimentación. Un líder transformacional lleva esto un paso más allá al ser radicalmente transparente sobre los desafíos, las oportunidades y la visión de la organización. Esto no solo genera confianza, sino que también empodera a los miembros del equipo para tomar decisiones informadas y sentirse dueños de su trabajo. Cuando hay una comunicación fluida y honesta en ambas direcciones, el equipo puede adaptarse rápidamente a las nuevas realidades y colaborar de manera más efectiva.
- Defina una Visión Clara e Inspiradora, Manteniendo la Flexibilidad en el “Cómo”: El liderazgo transformacional se basa en la creación de una visión convincente que inspire y motive a las personas. Esta visión debe ser ambiciosa y emocionante, pintando un cuadro claro del futuro deseado. Sin embargo, un líder verdaderamente dinámico entiende que el camino para llegar a esa visión puede cambiar, y probablemente más de una vez. Aquí es donde entra en juego el liderazgo adaptativo. Si bien la visión permanece constante, el líder debe ser flexible en cuanto a las estrategias y tácticas para alcanzarla. Esto significa estar dispuesto a pivotar, ajustar planes y explorar nuevas rutas cuando las circunstancias lo exijan. Al mantener un propósito claro pero una mente abierta sobre la implementación, el líder puede guiar a su equipo a través de la incertidumbre, transformando los desafíos en oportunidades para innovar y crecer.
En el panorama actual de cambio constante, la eficacia del liderazgo reside en la fusión de los enfoques adaptativo y transformacional. Mientras que el liderazgo adaptativo se centra en la flexibilidad y la respuesta ágil a los desafíos emergentes, el liderazgo transformacional inspira la innovación, fomenta el crecimiento personal y direcciona hacia una visión compartida. Un líder verdaderamente dinámico no solo ajusta las estrategias a las circunstancias (adaptativo), sino que también empodera a su equipo para anticipar y moldear el futuro, impulsando el cambio proactivo y la mejora continua (transformacional). Al combinar estas fortalezas, se crea un estilo de liderazgo que no solo sobrevive a la incertidumbre, sino que la utiliza como catalizador para la evolución y el éxito sostenido en un mundo en constante movimiento.