Hay conflictos que nos benefician…
por Francesco Nistri
“Siempre que estés en conflicto con alguien, hay un factor que puede marcar la diferencia entre dañar la relación y fortalecerla. Ese factor es la actitud” – William James
Si queremos hablar de conflictos en equipos de trabajo es prácticamente imposible abordar el tema sin mencionar la teoría de las 5 disfunciones de un equipo de Patrick Lencioni, escritor y conferencista norteamericano. Lencioni propone que hay 5 problemas relacionados con el correcto funcionamiento de un equipo, y cada uno es consecuencia del anterior. El segundo punto, que sigue a la falta de confianza entre miembros de un equipo, es lo que él llama “Miedo al conflicto”.
En mi experiencia impartiendo procesos de coaching de equipo y ayudando a los mismo a alinearse, he notado con frecuencia la tendencia a evitar los conflictos por la imposibilidad de reconocer el valor positivo que eso pueda tener en el crecimiento del equipo. Y, eso sucede principalmente por falta de confianza en las otras personas y la creencia limitante de que confrontar es discutir, pelear y arruinar una relación de trabajo, personal y humana.
Nada de más equivocado; como dice Chris Voss, autor de “Never Split the Difference”, una emoción negativa no se va sola, hay que encararla y clavarle una estaca en el corazón como a un vampiro para sacarla de la ecuación. Y a veces el conflicto es la única solución para llevarlo a cabo.
Un conflicto, si se encara con madurez y buena actitud, es una excelente ocasión para resolver, crecer y superarnos a nivel personal y laboral. Aprendamos a quitarle a la palabra conflicto la connotación negativa y el temor de mencionarla como si fuera el Innombrable Valdemort de la saga de Harry Potter
Los conflictos surgen cuando hay discrepancias de opiniones, y si no se discrepa terminamos regocijándonos en el caldo primigenio de la zona de confort, donde nada crece o cambia.
Sin embargo, los tan temidos conflictos en un equipo de trabajo (o en una familia, un grupo de amigos) no son tan devastadores como quizá pensaban. Les tengo que dar una mala y una buena noticia: la mala es que sí pueden llevar a comprometer para siempre relaciones de trabajo o de amistad. La buena es que, con la actitud y técnicas correctas, no solo eso no sucede, si no se puede convertir en un momento de fortalecimiento en la comunicación y de consecuencia en el desempeño de un equipo de trabajo.
El manejo efectivo de conflictos en equipos de trabajo es esencial para mantener un ambiente de trabajo saludable y productivo. Aquí le presento algunas estrategias clave para gestionar conflictos en equipos:
- Evaluación: Evalúe la naturaleza y gravedad del conflicto para determinar qué enfoque es el más apropiado para abordar el conflicto.
- Comunicación Abierta: Anime a los miembros del equipo a comunicarse abierta y respetuosamente. La comunicación efectiva es esencial para comprender las perspectivas mutuas y encontrar puntos en común. Fomente un ambiente en el que los miembros del equipo se sientan cómodos expresando sus preocupaciones y opiniones. Establezca canales de comunicación claros y accesibles para que los miembros del equipo puedan discutir los problemas de manera abierta y directa.
- Mediación: Considere involucrar a un tercero neutral, como un mediador o facilitador, para guiar el proceso de resolución de conflictos y asegurarse de que haya un resultado equilibrado.
- Flexibilidad: Prepárese para adaptar su enfoque según el conflicto específico y las personalidades involucradas. Diferentes situaciones pueden requerir diferentes estrategias de gestión de conflictos.
- Soluciones a Largo Plazo: Si bien la resolución inmediata del conflicto es importante, también considere abordar problemas subyacentes que puedan contribuir a conflictos a largo plazo.
- Seguimiento: Después de implementar una resolución, supervise la situación para asegurarse de que la solución sea efectiva y de que se aborden adecuadamente las tensiones persistentes.
- Escucha Activa: Escuche atentamente a todas las partes involucradas en el conflicto para comprender sus puntos de vista y emociones. Haga preguntas para aclarar y profundizar en los problemas y demuestre interés genuino en lo que dicen.
- Empatía: Trate de ponerse en el lugar de los demás para comprender cómo se sienten y qué están experimentando.Reconozca y valide las emociones de los miembros del equipo, lo que puede ayudar a reducir la tensión.
- Resolución Colaborativa: Anime a los involucrados a trabajar juntos para encontrar soluciones que sean aceptables para todas las partes.Fomente la colaboración y el pensamiento creativo para idear enfoques que aborden las preocupaciones de todos.
- Negociación: Ayude a los miembros del equipo a encontrar un terreno común donde puedan ceder en algunos aspectos para lograr un acuerdo.Establezca reglas claras para la negociación y asegúrese de que ambas partes tengan la oportunidad de expresar sus deseos y necesidades.La mediación puede ser especialmente útil cuando las emociones están altas y la comunicación directa se vuelve difícil.
- Enfoque en Intereses Comunes: Identifique los objetivos y metas compartidos del equipo y enfóquense en cómo resolver el conflicto para avanzar hacia esos objetivos.Recordar los intereses comunes puede ayudar a minimizar las diferencias y poner en perspectiva la importancia del conflicto.
- Entrenamiento en Gestión de Conflictos: Proporcione a los miembros del equipo herramientas y técnicas para manejar conflictos de manera constructiva.Organice talleres, capacitaciones o sesiones de coaching sobre comunicación efectiva, resolución de conflictos y habilidades de negociación. Busque un Coach de equipos experto en el área.
- Definir Roles y Responsabilidades: Establezca claramente las responsabilidades y expectativas de cada miembro del equipo para reducir la ambigüedad que pueda dar lugar a conflictos.
- Refuerce la Cultura de Respeto: Promueva una cultura en la que se respeten las opiniones y perspectivas de todos, independientemente de las diferencias.Fomente un ambiente en el que se valoren las contribuciones individuales y se reconozca la diversidad de pensamiento.
Recuerde que cada conflicto es único y puede requerir una combinación de estrategias. Lo más importante es abordar los conflictos de manera constructiva y orientada a soluciones para mantener la armonía y la eficacia del equipo.
Estas técnicas proporcionan un marco, pero una gestión exitosa de conflictos también requiere inteligencia emocional, empatía, escucha activa y un compromiso de mantener un entorno positivo en el equipo.
En muchas situaciones lo recomendable es pedir ayuda externa, especialmente cuando el nivel de disfunción en la comunicación se ha acercado peligrosamente (o quizá ya haya pasado) la línea roja y se hace indispensable un proceso formal de coaching de equipo para resolución de conflictos.